
Una de las etapas que más duda y ansiedad genera en los papás es el momento en que nuestros peques dejan el pañal.
Muchos me preguntan si sus niños ya están listos, si se están tardando o si los están presionando.
La realidad es que cada niño tiene su propio ritmo
No hay una edad exacta en la que deba dejar el pañal. Lo más importante es observar las señales de madurez física, emocional y del desarrollo que nos indican que esta preparado.

¿Cuándo suele iniciar este proceso?
La mayoría de los niños están listos entre los 2 y 3 años de edad, pero algunos pueden lograrlo antes o después, y ambas situaciones son normales. Lo clave esta en que el proceso no debe forzarse: si un niño no esta preparado, puede generar frustración, ansiedad o retrocesos.
Señales de que tu hijo esta listo
| Se mantiene seco por al menos 2 hrs. o después de la siesta. | Empieza a avisar cuando su pañal esta sucio o mojado. |
| Muestra interés en el baño, en la ropa interior o en imitar a los adultos. | Puede bajarse y subirse los pantalones con ayuda mínima. |
| Comprende y sigue instrucciones sencillas. | Muestra incomodidad con el pañal sucio y quiere que se lo cambien. |
| Usa palabras, gestos, señas para comunicar que necesita ir al baño. |
Sigue estos consejos para acompañar el proceso:

- Hazlo un paso a la vez. Empieza con pequeños logros: sentarse en la bacinica, reconocer cuándo está mojado, etc.
- Crea rutinas. Llévalo al baño en momentos clave: al despertar, antes de salir, después de comer.
- Usa apoyos visuales. Los tableros de anticipación o pictogramas ayudan a que el niño entienda la secuencia.
- Refuerza con palabras positivas. Celebra los avances sin presionarlo. No se trata de premios materiales, sino de reconocimiento y acompañamiento.
- Evita castigos o regaños. Los accidentes son parte del proceso; la paciencia es clave.
- Elige ropa práctica. Pantalones fáciles de subir y bajar para que logre mayor autonomía.
El control de esfínteres es un proceso natural que requiere paciencia, observación y acompañamiento respetuoso. No hay prisa: lo más importante es esperar a que tu hijo muestre señales de estar listo. Cuando esto sucede, el proceso fluye de manera más tranquila y positiva.
